Es evidente que los ordenadores provocan problemas de salud, principalmente visuales y posturales, pero no es menos cierto que pueden solucionarse y, lo que es mejor, prevenirse. Los niños utilizan la informática a edades cada vez más tempranas, tanto para estudiar como para jugar. Además ésta constituirá seguramente una parte importante de sus vidas. Por ello resulta esencial la educación y, sobre todo, la puesta en marcha desde el principio de aquellas medidas que eviten la aparición de problemas.
Éste es un libro fundamentalmente práctico que informa con rigor científico acerca de los aspectos a tener en cuenta, desde las características del equipo, hasta el propio comportamiento frente a la pantalla, a fin de que los niños aprendan a utilizar los ordenadores de modo saludable.
