Estamos ante una obra donde lo novelístico alcanza cimas sorprendentes. Una novela dura y tierna a un tiempo, y de un atractivo misterioso e imperecedero, en la que adquieren realidad unos personajes que se adueñan de sí mismos y se hacen grandes, a fuerza, muchas veces, de sufrir sus propios límites. Que al familiarizarnos con la vida de una mujer adúltera, sentimental e incomprendida, dejó asentado que el verdadero realismo es aquel que subestima o desplaza, a la misma realidad.