Paul Valéry se levantaba cada mañana entre las cinco y las
	seis, encendía un cigarrillo y escribía sin interrupción en sus
	cuadernos. Así lo hizo durante cuarenta y cinco años. «Estos
	cuadernos son mi vicio», confesó alguna vez. También su
	refugio: «una forma del deseo de estar conmigo, y hasta de
	ser yo». Como él, muchos escritores, artistas y pensadores
	han hecho de sus cuadernos un laboratorio, un espacio de
	retiro o una forma de resistencia. El cuaderno como punto
	de partida, como medio y como fin de la escritura; como soporte
	de una obra siempre provisional, imperfecta y abierta.
	Transitando entre el ensayo, la narración breve y el
	aforismo, Cuadernística propone un viaje por esos pequeños
	mundos en los que caben todas las formas de la imaginación
	y el pensamiento: del tendedero lleno de notas de Ludwig
	Höhl a los papeles cosidos a mano de Emily Dickinson, del
	pincel ocioso de Yoshida Kenko¯ a la escritura microscópica
	de Robert Walser, pasando por las listas de cosas de Sei
	Sho¯nagon, el diario filmado de Jonas Mekas o las anotaciones
	de Tove Jansson desde su isla diminuta. Este libro es una
	crónica de esas escrituras en los márgenes y un homenaje
	al cuaderno como forma de existencia.