Correr los toros es una práctica de caza que comenzó en la Edad
	Media y que pronto pasó a interpretarse, por ley, como un espectáculo
	en el que sólo podían participar los nobles a caballo, por ser
	parte de su patrimonio, mientras que el pueblo, a modo de remedio
	cinegético lo hizo a pie y sobre mil formas más o menos disparatadas.
	Y desde aquellos momentos hasta nuestros días cada una de estas
	formas de estar ante los toros han
	discurrido de maneras separadas
	hasta dar por una parte en lo que
	es la corrida de toros y, por otra,
	en las fiestas de cientos y cientos
	de pueblos españoles.