Aunque las mujeres han ratificado la conquista de su intimidad, en las sociedades avanzadas queda todavía pendiente un largo tramo por recorrer en la esfera pública, y no tan sólo por lo que respecta a las cotas de poder, sino por la perpetuación de un estereotipo femenino que no se corresponde con la realidad ni con las expectativas de la mujer moderna. Las metrosesenta representan a la primera generación que ha dado el salto de los fogones a la empresa, de la vejez prematura al bótox, de la sumisión al «yo puedo con todo». Son mujeres de carne y hueso que asumen y realizan con orgullo los malabarismos que les exige la sociedad actual; que conjugan los placeres de su territorio privado con el interés por los ámbitos políticos.
De desarrollo personal y las cuotas a la relación con la comida o los ex. Del paso del tiempo y los cambios generacionales a la anatomía de los pequeños gestos cotidianos. Las metrosesenta pagan a precio de oro la aventura de crecer y de ser ellas mismas. Algunas mujeres han llegado a renunciar al éxito personal y otras se han resignado a vivir en territorios inestables, a posponer la maternidad y a luchar contra las emociones tóxicas. A enfrentar la conquista de sus propios cuerpos y la tan célebre inseguridad femenina.
Joana Bonet esboza, como en un dibujo libre, los paisajes privados y públicos de la mujer de hoy.