• RELATO DE UN NAUFRAGO (RUSTEGA)

    GARCIA MARQUEZ, GABRIEL RESERVOIR BOOKS Ref. 9788439704324 Altres productes de la mateixa col·lecció Altres productes del mateix autor
    Con este libro, Gabriel García Márquez se descubrió a sí mismo como un narrador. Sin embargo, la intención primera era la de escribir un reportaje sobre un hombre, Luis Alejandro Velasco, que estuvo diez días a la deriva en una balsa mecida por el mar Caribe. El futuro Premio Nobel de Literatura y e...
    Dimensions: 230 x 137 x 13 cm Peso: 245 gr
    No disponible
    11,00 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-397-0432-4
    • Encuadernació : Rústica
    • Data d'edició : 01/10/2002
    • Any d'edició : 2002
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autors : GARCIA MARQUEZ, GABRIEL
    • Número de pàgines : 192
    • Col·lecció : GARCIA MAR
    • NumeroColeccion : 101104
    Con este libro, Gabriel García Márquez se descubrió a sí mismo como un narrador. Sin embargo, la intención primera era la de escribir un reportaje sobre un hombre, Luis Alejandro Velasco, que estuvo diez días a la deriva en una balsa mecida por el mar Caribe. El futuro Premio Nobel de Literatura y entonces joven reportero que era García Márquez escuchó el relato de los hechos de boca de su protagonista, y lo transformó, tal vez sin pretenderlo, en un prodigioso ejercicio literario, una narración escueta y vigorosa donde late el pulso de un gran escritor. La publicación por entregas del reportaje en El Espectador de Bogotá supuso un alboroto político considerable -se revelaba la existencia de contrabando ilegal en un buque de la Armada colombiana, lo que costó la vida de siete marineros y el naufragio, más afortunado, de Velasco- y el exilio para su autor, que se vio abocado a una nueva vida. «El 22 de febrero se nos anunció que regresaríamos a Colombia. Teníamos ocho meses de estar en Mobile, Alabama, Estados Unidos, donde el A.R.C. Caldas fue sometido a reparaciones electrónicas y de sus armamentos. Mientras reparaban el buque, los miembros de la tripulación recibíamos una instrucción especial. En los días de franquicia hacíamos lo que hacen todos los marineros en tierra: íbamos al cine con la novia y nos reuníamos después en Joe Palooka, una taberna del puerto, donde tomábamos whisky y armábamos una bronca de vez en cuando.»